La fábula del Maestro Zen nº2

No hay que ser agricultor para saber que una buena cosecha requiere de buena semilla, buen abono y riego constante. También es obvio que quien cultiva la tierra no se impacienta frente a la semilla sembrada.

Hay algo muy curioso que sucede con el bambú japonés y que lo transforma en no apto para impacientes: siembra la semilla, abónala, y ocúpate de regarla constantemente.

Durante los primeros meses no sucede nada apreciable. En realidad, no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años, a tal punto que, un cultivador inexperto pensaría que sus semillas no son fértiles.

Sin embargo, durante el séptimo año, en un período de sólo seis semanas la planta de bambú crece más de 30 metros. 
¿Tardó sólo seis semanas crecer? No, la verdad es que se tomó siete años y seis semanas en desarrollarse.

Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces que le permitirían sostener el crecimiento, que iba a tener después de siete años.



Fábula del Maestro Zen nº1
Fábula del Maestro Zen nº3

1 comentario:

  1. Alberto10/22/2011

    Todas las empresas empiezan con complicaciones y mucho esfuerzo. Siempre he querido atreverme con algunas ideas. Un pulgar arriba

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