Para un emprendedor la clave del éxito es saber decir NO a tiempo. Un emprendedor es aquella persona que entre sus cualidades innatas se encuentra la energía, el liderazgo y la capacidad de articulación.
Son personas optimistas, aventureras y temerarias. Saben exactamente que es lo que quieren y trabajan con un alto grado de intuición. Hablar sobre eso es llover sobre mojado.Decir que un emprendedor necesita ser optimista, creativo, visionario, tener buena intuición, no es nada que usted no sepa ni aporta nada al tema.
Si usted es emprendedor ya habrá oportunidades de demostrar esas cualidades, si no, lo más probable es que aún no haya conseguido emprender o simplemente se haya dedicado a otra actividad profesional.
Con esto claro podemos darnos cuenta que la diferencia entre un emprendedor de éxito y otros tantos sin éxito no está en tener esas cualidades o no, sino en saber administrarlas. La clave para un negocio próspero es estructural las fuertes calificaciones emprendedoras dentro de un proceso racional y disciplinado.
El mayor desafío de un emprendedor es saber decir una palabra de dos letras: NO. Normalmente un emprendedor nato atrae negocios y propuestas innovadoras. Encuentra inspiración en su día a día para un sin numero de ideas o formas de desarrollar nuevas actividades.
El entusiasmo inicial es siempre grande. Se vislumbra un excelente potencial de mercado, se anticipan cambios en el comportamiento del consumidor, pero llega el momento de poner los pies sobre la tierra.
En ese momento no dude en decir no, para los demás y para usted mismo. No se sienta amarrado a determinado proyecto o idea sin antes hacer todas las pruebas de factibilidad y viabilidad y efectivamente decidirse por el.
Si después de meses de estudio e investigaciones usted llega a la conclusión de que existen más oportunidades de fracaso que de éxito, diga NO. Es mejor tener un final oportuno aunque no satisfaga para nada a los socios antes que cargar con una cruz de un proyecto en el cual usted no cree.
Los emprendedores no se pueden involucrar emocionalmente con una idea o actuar de manera compulsiva. Siempre deje que el proyecto madure, sométalo al mayor número de críticas posibles, realice investigaciones de mercado para comprobar la tesis o el concepto del negocio a la luz de varios escenarios.
Lo más importante es probar bien el concepto antes de aplicarlo. Todo proyecto tiene un período de gestación natural. De diez meses a un año es un plazo medianamente razonable, desde que surge la idea hasta que gana forma y se concreta.
Y pensar que muchos queremos armar un negocio en cuestión de semanas. Ahí están las razones del fracaso de muchos emprendedores.
Con ideas tomadas del Doctor Jair Riveiro, publicado por PE & GN
No hay comentarios:
Publicar un comentario