Fabricar en el extranjero (Parte II)

Temas jurídicos y fiscales

En este caso, uno de los artículos que más nos interesa conocer es el relativo a la repatriación de beneficios. Cuando se trata de subcontratación, conviene conocer la legislación sobre la importación de la mercancía.
En la Guía de Errores de Transporte y Logística, del Consejo Superior de Cámaras, se detalla tanto la documentación para importar como los principales organismos a los que debes acudir para buscar información.
Analiza bien tu proveedor
Solvencia de la compañía. Cuanto más antigua sea la fábrica y más implantada esté en el mercado, más sólida será la relación comercial que puedas establecer. Para conocer la viabilidad financiera de la empresas puedes contratar informes financieros en D&B Informa, Nomefio.com, @rating Coface o e-informa, entre otros.
Otros clientes. Si ya está trabajando en tu sector, tienes garantizado que conoce el terreno y, además, como apunta Jacobo Pérez-Soba, jefe de área de Programas de Apoyo a la Exportación de la Cámara de Madrid, “te puede servir para conocer qué certificados garantizan sus procesos. Si, por ejemplo, tu producto está relacionado con la alimentación y ese proveedor fabrica para empresas de EE UU, puedes tener la seguridad de que tiene los más estrictos estándares de seguridad, porque la Food & Drug Administration es muy rígida”.
Capacidad. Está relacionado con el apartado anterior: debes identificar el tamaño de los otros clientes para no verte abocado a ser el último de la lista en los plazos de entrega o para prever posibles sobrecargas.

Contactar con proveedores

Existen servicios profesionales especializados en la intermediación de contactos, desde las oficinas comerciales del ICEX hasta agencias especializadas en comercio internacional, que habitualmente conocen el país de destino y tienen personal desplazado que organiza las agendas comerciales. En el servicio personalizado de las oficinas comerciales puedes contratar la confección de una agenda comercial específica (desde 600 euros), e información personalizada y apoyo logístico (ambos servicios tienen un coste variable, pero son presupuestos a partir de 200 euros cada uno).
Otra forma de contacto es a través de los mercados electrónicos, que ponen en contacto a contratistas y subcontratistas. Está indicado en sectores donde se trabajan piezas en serie o en grandes volúmenes (va muy bien para el sector de la automoción o de los electrodomésticos), pero cuando se trata de piezas muy específicas, el papel de las plataformas se reduce al de poner en contacto a las partes. Puedes encontrar listados de mercados electrónicos sectoriales internacionales en el portal del Consejo Superior de Cámaras o en el ICEX, como es el emarketservices.
Una vez seleccionado, debes verlo en persona. Ésta es una gestión que no puedes delegar en nadie: has de ser tú quien tome contacto con tu proveedor. Y una vez cerrado el acuerdo, cuídale: “Debes tratar a tu proveedor igual que a un buen cliente, visítale, habla con él, mantén el contacto, preocúpate por sus costumbres, respeta sus ritmos… Se trata de confiar en él y que él acabe confiando en ti”, insiste Regalado.


Analiza todos los costes

Coste de arranque. Son en los que incurres al principio de la operación y que nunca se tienen en cuenta a la hora de hacer los cálculos financieros, como los gastos de establecer contacto, de encargar estudios de mercado, informes… Suelen ser muy importantes.
Costes legales y jurídicos. Te interesa contratar un bufete o consultoría que se encargue de gestionar todos los asuntos legales y elaborar los documentos contractuales. Puede ser local o español, pero en este caso te interesa que tenga partners locales.
Costes fiscales. Has de tener en cuenta todo lo relativo a aranceles, impuestos añadidos, tasas. Los costes fiscales más importantes son el IVA, que supone normalmente un 18% del valor de la mercancía, y los aranceles (dependen del país y de la mercancía; los puedes consultar en la agencia tributaria en el código TARIC, www.taric.es, pero requiere de registro).
Costes ocultos. Son aquellos que tienen lugar durante el proceso y que a menudo olvidamos: viajes de control, para apoderar, para seleccionar personal, para estrechar lazos con el proveedor…
Costes de transporte. Puede suponer un 20% más a añadir al coste de fabricación. En esta partida hay que incluir el coste desde la fábrica hasta el puerto (dependiendo de cómo esté estipulado en el contrato), el transporte internacional, el almacenamiento en el lugar de llegada y el transporte en el país de destino.
Costes de instalación (en caso de instalarse allí). Son mucho más numerosos: expatriación, contratación de recursos humanos, alquiler de local, coste del suelo, costes energéticos, construcción. El ICEX y Ofecomes tienen un programa conjunto de apoyo a las inversiones en el exterior donde se puede consultar costes de establecimientos, directorio de empresas y demás información.
Coste de control de calidad y plazos de entrega. Si lo encargas a una agencia puede rondar los 300 euros por operación.

Fabricar en el extranjero (Parte I)
Fabricar en el extranjero (Parte III)

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